lunes, 6 de julio de 2015

VIOLENCIA Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN


La Violencia y los Medios de Comunicación

1.       ¿Qué es la violencia?

Para la Organización Panamericana de la Salud: “La violencia es un acto, premeditado o no, que tiene como producto el daño en la integridad física, psíquica, sexual, en la personalidad, y aún en la libertad de movimiento de la víctima. La intencionalidad del hecho delictivo es una categorización especial de algunos actos violentos. Si no existe, el acto se clasifica como accidental”.
Por otro lado, desde el punto de vista de las Ciencias de la Comunicación, la violencia es estudiada como uno de los componentes en los mensajes de los medios masivos (análisis de contenido) y de las repercusiones que pueden tener en las personas (análisis de los efectos de estos mensajes). Esta disciplina se vale de todas las anteriores, (ciencias de la conducta y ciencias sociales) para dar sustento a sus estudios y análisis, para presentar alternativas a considerar en los productores de estos mensajes, así como establecer reflexiones entre los receptores de la comunicación social, con miras a crear receptores críticos. (Ramiro Mac Donald,)

2.       La violencia en los medios de comunicación

En este sentido, vale la pena distinguir entre la violencia privada y la violencia pública, a las que hacen referencia los convenios internacionales de derechos humanos, y que como elementos de diferenciación tienen tanto los mecanismos de producción y reproducción como los destinatarios finales y sus efectos.
De entre las clases de violencia, en el caso del ámbito privado, la que interesa al presente trabajo es la violencia criminal o antisocial y la correspondiente al mundo de lo público, que es la industrial.
La violencia industrial, podemos afirmar que una de sus manifestaciones más preocupante en la actualidad es la que se desarrolla en los medios de comunicación. Asimismo, la presentación de imágenes y textos, destinada a excitar instintos humanos fundamentales hacia actos contrarios a la dignidad humana, y que describe una fuerza física y psicológica intensa, ejercida de manera profundamente ofensiva y a menudo pasional.
Por otro lado, los medios tienen un papel fundamental en el mejoramiento de las relaciones humanas e interpersonales, cuando más en las que se dan entre los miembros de la familia, como conductores de valores institucionales tales como la convivencia, la equidad, la libertad, la responsabilidad, la colaboración, y/o valores sociales, como por ejemplo, la tolerancia, el respeto, el amor, la comunicación, la justicia, entre otros, o valores universales, como la no violencia, los derechos humanos, la paz, la democracia. Debe y puede ser un mecanismo la educación en el que predominen la transmisión de mensajes socialmente aceptables y la antiviolencia.


3.       Tipos de violencia en medios de comunicación

La televisión y los medios de comunicación son el mecanismo para el reforzamiento, visualización y reproducción de patrones de comportamiento, que pueden ser deseados o no deseados por la sociedad.
La principal influencia de los medios, radica en su capacidad para comunicar ideas acerca de la conducta, las normas y las estructuras sociales. Es decir, que los medios proveen un entorno simbólico que puede moldear y organizar las experiencias sociales a través del sistema de valores o antivalores que transmite.
Es así que la violencia es una de las formas más preocupantes en que dicha influencia se manifiesta y que es percibida por la sociedad. Sobre el particular se puede afirmar que la violencia que se percibe puede ser de dos tipos:

a) Una explícita, que es la que aparece en las imágenes e información, como los medios televisivos, escritos, gráficos o informáticos, que muestran cotidianamente imágenes de hechos o conductas violentas, nos llaman especialmente la atención aquellas contra o entre menores y adolescentes; como homicidios, violaciones, golpes, pornografía o imágenes de niños y niñas violentadas; también es aquella en la que por los mismos medios se presentan imágenes estereotipadas de subordinación e inferioridad o de roles basados en principios de desigualdad y de relaciones abusivas de poder, y por lo tanto de discriminación.
Las imágenes que se recrean a través de los medios de comunicación pueden, en el marco de lo antes explicado, generar conductas, actitudes u opiniones de violencia contra grupos vulnerables —en las que los niños, niñas y adolescentes suelen quedar a merced de los adultos y de sus iguales con base en relaciones de poder abusivas y en la idea de impunidad basada en estereotipos y roles sociales predeterminados socialmente y que forman parte de la cultura de una sociedad o comunidad—, ya que generalmente son utilizadas para poner pautas de conducta a los grupos sociales.

b) Una implícita, que es la que se aprende y se percibe diariamente a través de las relaciones entre los seres humanos, ya sea local, regional o universal; a través del tiempo, de la historia, de los eventos; de los usos y costumbres, y de las prácticas culturales
La violencia entre y contra niñas, niños y adolescentes en los medios de comunicación, como son la televisión, la radio, la prensa escrita, la publicidad, es una de las formas más comunes de transmitir aspectos violentos en la familia, contra los miembros de la familia y de la sociedad. Han sido estos medios los que han mantenido una idea culturalmente aceptada respecto a la subordinación y las relaciones de poder desiguales entre los miembros de la misma.
Lo anterior se puede ver materializado en programas o imágenes, tanto infantiles como para adultos, a los que los menores tienen acceso, con un contenido de violencia física, psicológica o sexual. También, en aquellos casos en que menores y adolescentes son expuestos a situaciones violentas, que sostienen antivalores como la discriminación, la intolerancia y la reproducción de los mismos tipos de violencia para la resolución de conflictos o como una situación normal cotidiana.
La cotidianidad nos impone una realidad, no existe todavía en nuestro país como regla, aunque existen sus excepciones, una cultura y una intención real de transmitir imágenes y programas en que se desarrollen valores como el de la paz, la tolerancia, el respeto, la conciliación, la igualdad, la libertad con responsabilidad, la negociación y la convivencia pacífica. Por ejemplo, aquello dirigido a dar a conocer los derechos fundamentales, el contenido de los instrumentos internacionales y de legislación nacional que involucran la protección y promoción de tales derechos, deberes y libertades fundamentales; así como todo lo relativo a proveer las mejores condiciones para el desarrollo social, familiar, personal e integral, en particular con relación al respeto a la dignidad humana en el más amplio de los sentidos, la promoción de los valores sociales de convivencia y la resolución de conflictos por vías pacíficas, por mencionar algunos.
En este sentido, subrayamos la importancia de considerar que la influencia de los medios de comunicación en el desarrollo y evolución de la cultura representa un medio eficaz en el cambio social, que hay que aprovechar, usándolos de modo que sirvan a las políticas tendentes a la modificación de las prácticas sociales y culturales que sostienen y justifican la violencia como forma de convivencia, como mecanismo de solución de conflictos y la ejecución de actos de violencia familiar, así como de los estereotipos y roles de género que promueven relaciones desiguales, y que constituyen cambios sociales de gran importancia en la actualidad.
Por otro lado, para Eva Aladro existe la violencia activa y pasiva en los medios de comunicación:

a.       La violencia pasiva, por decir así, en la que los medios se limitan a presentar la violencia existente y beneficiarse de sus efectos.

b.      La violencia activa, en la que son los medios los que provocan la violencia, la ejercen o la fabrican en sus estudios y eventos mediáticos, de modo que redoblan su peso y sus efectos.

Este segundo tipo de violencia activa incluye no solamente la violencia física, sino también la violencia psicológica. El asalto o la intimidación de los informadores a los particulares, es una forma de esta violencia. Incluye la violación de la intimidad y la ruptura de los códigos de cortesía y respeto a la persona. Incluye la provocación y confabulación para producir violencia, por ejemplo a través de la elección del tema de un debate o de los contertulios de un programa. La violencia representada se acompaña de la violencia en el modo mismo de representar.
Así nos encontramos con fenómenos como la realización de programas en los que se reúnen a una serie de caracteres conflictivos para ver cómo chocan entre sí, bajo la idea de que lo que se ofrece es la realidad de las relaciones humanas, o esos otros programas en los que se ofrece como habitual y natural conductas violentas como el insulto, la difamación o el linchamiento de víctimas.
En los dos casos, los medios que muestran o ejercen violencia utilizan con ella su poder, su legitimación por ese poder ejercido. Se trata de un modo de imponer su presencia que es también un arma de doble filo, pues los profesionales violentos o que juegan con la violencia adquieren gran atención, pero también pierden credibilidad y prestigio social en su función.
En el caso de la violencia producida por agentes externos a los medios, al comprobar este fenómeno de la escalada de violencia en los medios, la propia mente criminal se ha especializado en representaciones violentas e impactantes, y así tenemos el tremendo hecho de que los terroristas se inspiren en el cine o que realicen sus atentados y ejecuciones expresamente para ser emitidos en los medios, vistos los ejemplos que los propios medios ofrecen.
Este ya puede considerarse un efecto terrible de la violencia creada por los medios. Si estos no hubieran inventado el reality show o las filmaciones en directo de ejecuciones autorizadas, las ejecuciones filmadas ante los medios no se hubieran producido.

4.       Modos de presentar la violencia
Para Javier Urra y Miguel Clemente (1998) los modos de presentar la violencia son:
·         La naturaleza del agresor. Se imitan más aquellos modelos que se perciben como atractivos. La valoración del personaje influye en la respuesta del espectador ante la escenificación.
·         La naturaleza de la víctima. Cuando las víctimas son agradables o atractivas, el espectador tiende a identificarse con ellas, y por tanto, a sentir miedo a ser él mismo la víctima.
·         El grado de realismo. Son más peligrosas las representaciones realistas que las irreales, de lo que se podría deducir que la violencia de los dibujos animados es relativamente inocua. Sin embargo, lo que parece irreal a un espectador maduro puede parecer real a un niño de corta edad.
·        La recompensa o castigo. En general, premiar la violencia o no reprobarla abiertamente estimula el aprendizaje de comportamientos violentos.
·     Las consecuencias. La presencia explícita de dolor y daño favorece el rechazo de la violencia, dado que el espectador considera mucho más seria una escena violenta de este tipo que otra en las que no se muestran las consecuencias perjudiciales.

5.       Teorías sobre la violencia en los medios de comunicación
·         Teoría de la catarsis. Reducción de agresividad liberando emociones.
La catarsis postula que ver contenidos violentos en los mass media provoca un efecto beneficioso. Este planteamiento teórico sostiene que, bajo ciertas condiciones, la exposición a la violencia de los medios de comunicación (presente en series de televisión o en películas de entretenimiento) puede reducir (“  purgar”  ) las tendencias agresivas de los sujetos. Basándose en un modelo hidráulico, se postula que experimentar una emoción (ventilarla) es una manera de liberarla. De este modo, observar dramas violentos permitiría a las personas liberar sus respuestas agresivas y hostiles en un contexto seguro, lo cual reducirí a la probabilidad de aparición de respuestas de este tipo en el futuro en la vida cotidiana. 
·         Teoría de la imitación de modelos simbólicos. Aprendizaje social y efectos violentos. Script y escenarios de la violencia.
El mecanismo propuesto es el de la imitación o modelado (Josephson, 1987). Según este razonamiento, los personajes de la televisión funcionan como modelos (simbólicos) de los que los espectadores aprenden (por observación) nuevos patrones de conducta, en este caso, relacionados con la agresión y con las formas de herir o dañar a los demás en determinadas circunstancias. Estas respuestas pueden aprenderse en ausencia de reforzamiento directo, aunque en muchas ocasiones sí existe un reforzamiento indirecto o vicario; esto ocurre, por ejemplo, cuando el sujeto observa en la serie de televisión o largometraje que los protagonistas de la acción violenta son recompensados por su actuación (el líder del grupo que gana una pelea es reforzado socialmente, recibiendo halagos, respecto y la admiración de sus compañeros). 
·         Desinhibición y legitimación de la violencia. La positiva valoración de la violencia. Triunfo y castigo. Resolución de conflictos por la fuerza.
Desde esta perspectiva teórica se sugiere que al observar que conductas agresivas, inhibidas en el sujeto por la acción de las reglas sociales, no son castigadas o incluso son reforzadas en la acción de las series dramáticas, se producirá un efecto de debilitamiento de tales inhibiciones y se incrementará la legitimación o aprobación de esta clase de comportamientos para resolver conflictos. Es decir, sucede que un modelo de comportamiento que el sujeto ya poseí a en su repertorio conductual pero que no se desplegaba, puesto que estaba inhibido, se comenzará a exhibir debido a la acción ejercida por los mass media (“  ver a otros ejecutando un acto antisocial puede desatar nuestras propias restricciones”  ). Muchos sujetos pueden considerar, tras observar el comportamiento agresivo de los protagonistas de numerosas series de televisión y películas, que puede ser legítimo intentar resolver los problemas interpersonales mediante una actuación violenta o que puede ser una forma de actuación correcta forzar a las mujeres para mantener relaciones sexuales (“  si ellos pueden hacerlo, yo también”)
·         Proactivación o efecto priming. Violencia y asociación. Memoria y ejemplo. La conectividad de emociones y conductas.
Desde esta perspectiva se concede una gran importancia a la activación de pensamientos que tiene lugar cuando los sujetos observan contenidos violentos en los mass media. Leonard Berkowitz (1984), el principal representante de esta aproximación, elabora un análisis cognitivo neo-asociacionista.
·      Pérdida de sensibilidad hacia la violencia. Mediación y redundancia. La aceptación de las normas.
Desde esta perspectiva se asume que la exposición repetida a los contenidos de violencia en los medios de comunicación produce un efecto de habituación o desensibilización afectiva. Las personas, que inicialmente experimentan respuestas emocionales negativas por la contemplación de escenas de violencia, a medida que se incrementa el número de exposiciones a este tipo de contenidos reaccionarán con menor intensidad afectiva. Es decir, dichos materiales dejarán de producir reacciones emocionales negativas; este efecto se constata tanto en la res-puesta fisiológica como en la experiencia subjetiva del sujeto. De este modo, se plantea una relación positiva entre exposición a la violencia de los medios y habituación o desensibilización emocional.
·  Teoría de la transferencia de la excitación. Respuesta física de la audiencia (respiración, ritmo cardiaco, pupilas,…) y repetición en otros contextos.
La teoría de la transferencia de la excitación fue postulada por Dolf Zillmann(1979) influido por la teoría bifactorial de la emoción de Schachter y Singer (1962). Zillmann sugiere que se puede transferir la activación residual producida por una fuente a una nueva condición activadora; es decir, la activación oarousal “sobrante”  de una situación anterior puede añadirse a la activación producida en una situación nueva. Como consecuencia de ello se incrementa la excitación asociada a la segunda situación. Cuando una persona que se encuentra aún activada por algo que le acaba de suceder (por haber experimentado una emoción particular o por haber realizado una actividad con capacidad de excitación fisiológica) se enfrenta a otro episodio que le produce una reacción emocional, dicha persona experimentará  este nuevo estado afectivo de manera más intensa, y también actuará  con mayor intensidad que si no hubiera existido un estado de activación residual procedente de una experiencia que le hubiera activado previamente. 
6.       Tipos de efectos que generan los medios
·         Efectos cognitivos. Marco interpretativo sobre la vida social. Cuando se adquiere información social, intencionada o accidental.
·         Efectos sobre actitudes (refuerzo, efecto narcotizante). Cuando se crean o se cambian las opiniones, actitudes o creencias.
·         Efectos emocionales. Pérdida de sensibilidad. Nos cambian el humor o nos emocionan. 
·        Efectos conductuales. (Hábitos) cambian el comportamiento.
7.       Violencia contra las mujeres en los medios
Se ha extendido desde la imagen de la mujer y la feminidad a la violencia de género, no tanto en términos del fenómeno en sí (como en aquellas revistas “para mujeres” que se ocupan de estos aspectos desde un punto de vista descriptivo y consejero), sino de lo que se publica en los medios, cómo se enmarca y describe, qué temáticas y argumentos se priorizan, cómo se jerarquiza a los distintos actores o interventores y sus versiones (Fernández). Las académicas feministas plantean que la cobertura de la violencia contra mujeres no puede separarse de la cobertura que hacen los medios de las mujeres en general. Estos análisis son por tanto una extensión y se realizan siempre bajo el paraguas de los postulados sobre la presencia del factor género y la imagen de las mujeres en los medios. Si bien algunos autores destacan la importancia del papel concienciador que han tenido los medios al sacar a la luz pública un problema “privado”, consideran que ello es sólo el principio, y que tan importante como la visibilización de la violencia de género a partir de su inclusión en la agenda informativa es la manera como se la aborda y explica. Así también, no es suficiente con denunciar el síntoma (la violencia de género) sino que los medios deben dejar de contribuir a su desarrollo a través del mantenimiento de los estereotipos de género. (Alberdi y Matas, 2002)
8.       Rol del comunicador social
El Congreso mundial de comunicación para el desarrollo en Roma, en la sede de la FAO el año 2007 y que pueden servir de ayuda para re-pensar el rol del comunicador. Mencionaré algunas de esas conclusiones:-
·         La comunicación para el desarrollo es para los que no están en este sector, es para formar ciudadanos.
·         La experiencia sociocultural de la comunidad local juega un papel protagónico.
·         Hay que entender la comunicación desde el contexto de la gente, porque es difícil hablar de comunicación donde no hay valores y hay crisis sociales en curso. Donde las palabras no tienen sentido ni sustento en la vida real. Es difícil hacer comunicación cuando los que hacen comunicación no dialogan con los grupos sociales no escuchan los testimonios y las narraciones delas mayorías sin dar atención a las perspectivas de dichas mayorías incluyendo sus códigos propiossin entender la realidad que defienden.-
·         El aspecto participativo implica la inclusión de la perspectiva cultural en la comunicación.
·         El trabajo del comunicador pasa también por atrevernos a aceptar nuestra realidad para cambiarla.

9.       Conclusiones
·         La violencia es un acto que tiene como producto el daño en la integridad física, psíquica, sexual, en la personalidad, y aún en la libertad de movimiento de la víctima. Y desde el punto de vista de las comunicaciones, la violencia es estudiada como uno de los componentes en los mensajes de los medios masivos y de las repercusiones que pueden tener en las personas. 
·         Existen tipos de violencia en los medios de comunicación: una explícita, que es la que aparece en las imágenes e información, como los medios televisivos, escritos, gráficos o informáticos, que muestran cotidianamente imágenes de hechos o conductas violentas; y, una implícita, que es la que se aprende y se percibe diariamente a través de las relaciones entre los seres humanos, ya sea local, regional o universal. Asimismo, la violencia pasiva, en la que los medios se limitan a presentar la violencia existente y beneficiarse de sus efectos, y la violencia activa, en la que son los medios los que provocan la violencia, la ejercen o la fabrican. 
·         La violencia contra la mujer se da en los medios de comunicación, resaltando el aspecto físico de la mujer, tratándola a tratar como objeto y llegando a crear estereotipos de una mujer perfecta. 
·         El comunicador social tiene como verdadero rol incentivar la cultura, mantener los antiguos valores, porque es difícil hablar de comunicación donde no hay valores y hay crisis sociales, crisis que lamentablemente lo generan los mismos comunicadores.